Guía de uso - Charla - Apartados - Anexos y actividades - Celestia- Objetivos y fichas - Memoria - Bibliografía APARTADOS 2. Geología marciana Si Marte tuviera actividad interna podría calentar el hielo y resurgiría el agua líquida tan necesaria para la vida, pero las imágenes de la Mars Express (ESA) parecen indicar que la actividad volcánica terminó hace 1 millón de años aunque aún se aprecia una ligera actividad sísmica. La superficie de Marte es árida, llena de cráteres de impacto de todos los tamaños y edades; enormes volcanes, como Olympus Mons (el volcán más grande del Sistema Solar, con una altura de 24 km y una base casi tan grande como la Península Ibérica), y gigantescos cañones, como el Vallis Marineris, de 4.000 km de longitud (unas 10 veces el tamaño del Cañón del Colorado). Muchos de los procesos geológicos que ocurren en la Tierra también actúan o han actuado en Marte, sin embargo, los resultados son completamente diferentes. Hay tres diferencias fundamentales entre la Tierra y Marte que determinan las características geológicas de ambos planetas:
Anexo relacionado: ¿Por qué hace frío en Marte? Marte muestra una clara asimetría superficial. El hemisferio Sur está formado por llanuras muy craterizadas (por tanto muy antiguas) que se elevan entre 1 y 4 km sobre la superficie media del planeta. Las llanuras del hemisferio Norte, por el contrario, tienen pocos cráteres y se encuentran por debajo del nivel medio de la superficie. Aunque hay algunas excepciones: en el hemisferio Sur las balsas de impacto Arguire y Hellas con un diámetro de 900 y 1.800 km respectivamente se encuentran por debajo del nivel medio y en el hemisferio Norte Tharsis y Elyseum por encima. No se conoce el origen de esta asimetría, aunque lo más probable es que se deba a un enorme impacto que fundió la corteza del hemisferio Norte inmediatamente después del periodo de intensos bombardeos de planetesimales que tuvieron lugar en el Sistema Solar interior hace 3.800 millones de años. Los antiguos cráteres de las llanuras del Norte habrían desaparecido cuando el impacto fundió la corteza, mientras que los del Sur se mantuvieron intactos. Los cráteres que se encuentran cerca de los polos se diferencian bastante de los de latitudes ecuatoriales. Los primeros están más degradados, tienen calderas muy redondeadas y muestran depósitos de residuos que parecen haber fluido (como cuando se tira una piedra a un charco de barro). Todas estas características sugieren que hubo agua líquida o helada en las regiones próximas a los polos (donde las temperaturas son más bajas y el hielo es estable a poca profundidad). En latitudes ecuatoriales, el agua helada no es estable ni siquiera a grandes profundidades, y por tanto los cráteres son abruptos. Se han descubierto capas de sedimentos en algunos cañones, lo que parece indicar que existieron lagos en ellos durante periodos de tiempo más o menos largos.
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